Startup chilena arribó a Perú con su sistema de monitoreo de ruido marino con inteligencia artificial

Acústica Marina, una startup fundada en 2020 en Valdivia por la bióloga marina Marcela Ruiz, que desarrolla software y hardware para monitorear el ruido submarino y por ejemplo, alertar a embarcaciones de presencia de ballenas o pesca ilegal, llegó a Perú y cerró acuerdo de investigación con una institución en Panamá.

Ruiz, quien además es la CEO de la firma y que estuvo hace unas semanas en ese país para cerrar el acuerdo, comentó que el plan es realizar mediciones y monitoreo de ruido submarino para un cliente de la industria petrolera.

Los orígenes de Acústica Marina se remontan a 2018, cuando Ruiz y el ingeniero acústico, Roberto Flores, quien diseñaba hardware para medir el ruido ambiental de ciudades, se preguntaron qué se estaba haciendo en el mundo relacionado con el ruido submarino y su monitoreo.

“Había poco desarrollo en el planeta y una gran oportunidad para resolver problemas mundiales que se pueden abordar a través de la interpretación de sonidos”, dijo Ruiz. Identificaron, por ejemplo, actividades ilícitas como pesca ilegal y narcotráfico, que nacen a raíz del tránsito de embarcaciones, colisiones de barcos con cetáceos o construcción de puertos.

“Medir y evaluar esa contaminación y conocer esos números para ver qué soluciones se pueden dar era algo interesante de desarrollar”, dijo Ruiz.

Hardware y software basado en inteligencia artificial

Para dar vida a Acústica Marina, sumaron al ingeniero civil matemático, Sebastián Niklitschek, y al ingeniero civil biomédico, Carlos Villagrán, para hacerse cargo de las áreas de inteligencia artificial y de tecnologías de la información.

Ruiz explicó que desarrollan hardware de distintos tipos, pero que el más visible es la instalación de boyas en el mar dotadas de sensores y computadores que son capaces de capturar ondas acústicas de forma pasiva, a diferencia de los sonares que emiten ruidos.

Con la información de la red de boyas son capaces de tener datos como la presión sonora y archivos de audio que son procesados por su software y algoritmos basados en inteligencia artificial para la detección de fuentes biológicas, geológicas y antropogénicas.

“Podemos detectar embarcaciones, fauna, eventos como sismos y generar alertas en tiempo real”, señaló la bióloga marina, quien agregó también desarrollaron una plataforma de visualización de datos en tiempo real.

La startup se enfoca en tres mercados: defensa nacional, con la detección de actividades ilícitas; conservación marina, donde disponen tecnología para investigaciones; e industrias en ambientes marinos, como puertos, salmoneras y la industria del hidrogeno verde, en la que monitorean el ruido y generan soluciones para mitigar el impacto.

Próximos pasos

Ruiz comentó que, en paralelo a su arribo a Perú, han hecho diversas prospecciones comerciales en países de la región con Corfo y ProChile.

Hace algunas semanas firmaron un acuerdo de colaboración con la Universidad Marítima Internacional de Panamá en la que realizarán distintos proyectos enfocados en la conservación marina. Además, la idea, señaló la emprendedora, es acercarse a la industria y buscar clientes durante el próximo año.

Otro de los hitos recientes fue su llegada a Colombia hace un par de meses, donde fueron contratados por un cliente en la construcción de un puerto. En el proyecto, que tiene una duración de unos 12 meses, participan en la medición y el monitoreo del ruido submarino con su tecnología.

Los planes en Chile, en tanto, consideran ampliar su red de boyas operativas y sumar 10 a 2025, a través de una alianza por la sostenibilidad oceánica con la Compañía Minera del Pacífico del grupo CAP, la que también contempla lanzar plataformas de visualización de datos a mediados del próximo año.

Recientemente, Ruiz recibió el premio latinoamericano Women in Tech en la categoría Most Disruptive y clasificó a la instancia final que se llevará a cabo en Dubái durante noviembre.

En cuanto al negocio, Ruiz proyectó aumentar las ventas entre un 30% y 40% comparado a 2022.